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¿Cómo tener una voz ejecutiva?

Mariana tenía todos los elementos para asumir un rol de mucho mayor liderazgo dentro de la empresa: un desempeño sobresaliente, buen trabajo en equipo, todos los años de experiencia, construía relaciones de calidad con clientes internos y externos, consistentemente supera las expectativas y logra sus objetivos.


Sin embargo, le costaba mucho trabajo ser escuchada y tomada en cuenta por sus líderes para proyectos estratégicos, parecía que la habían encasillado con una percepción de "perfil operativo" (a pesar de que su posición no lo es) o de ser muy buena solucionadora de problemas a nivel "cancha".


Mariana se sentía frustrada y limitada porque las oportunidades de crecimiento y desarrollo se iban para otras personas. que a su parecer no tenían el desempeño y buenos resultados que ella sí generaba. Ya había pasado demasiado tiempo en el mismo lugar y empezaba a considerar otras opciones, porque su gran oportunidad no se veía por dónde podría llegar ni para cuando.


Después de analizar sus puntos ciegos, llegamos a la conclusión de que el problema era cómo la percibían en el equipo de dirección, esto generado por su estilo de comunicación, que no era malo, pero justo era como los demás la veían, operativa y enfocada a la tarea. Está de más decir que para la misma Mariana era muy difícil verse y sentirse como una líder estratégica.


Y la gran pregunta surge: ¿Cómo hago para tener una voz más ejecutiva?


Es lógico que conforme vamos afrontando mayores retos en nuevas posiciones hacemos uso de las habilidades que nos funcionaron muy bien en el pasado (esa es nuestra zona de confort) y que gracias a ellas nos ganamos este nuevo lugar, pero también es cierto que es indispensable cambiar la mentalidad y hacernos de nuevos recursos alineados a nuestro nuevo nivel de responsabilidad y liderazgo, en este caso, ser menos operativo, más estratégico.


Cuando digo "voz ejecutiva" me refiero a:

  • una comunicación estratégica,

  • con visión a futuro que demuestre planeación

  • y aclare ideas que el equipo tiene que ejecutar,

  • que inspire credibilidad e influencia en la gente que te escuche.




Una pregunta que deberías de hacerte cuando estás en una reunión importante con la dirección o revisando resultados y objetivos estratégicos es: ¿qué rol quiero tener en esta conversación?

Para generar un cambio de percepción es indispensable la perseverancia con la que actuamos, a base de repetición de actitudes y comportamientos, ser consistentes, para poder construir y mejorar nuestra imagen cada día y en cada oportunidad que interactuamos con otros.


Para construir una voz ejecutiva que proyecte las intenciones y habilidades que comenté anteriormente puedes empezar por considerar los siguientes puntos:


  • Entiende el contexto de lo que se está hablando: ¿con qué frecuencia te sientes perdido en medio de una conversación al no entender el impacto o relevancia del tema que se está tratando?

  • Adopta una postura visionaria: ¿Puedes proyectar posibilidades a futuro y acciones estrategias a implementar a partir de tu análisis de información?

  • Construye relaciones estratégicas: ¿Te conoce el equipo directivo más allá de tu nombre y te relacionas con los tomadores de decisión, te ven como un igual o como un miembro más del equipo?

  • Habla de soluciones, no solo de problemas: ¿Te sientes cómodo al expresar tus ideas de mejora y planes que solucionan problemas o te limitas a tomar nota para hacer lo que otros proponen?

  • Fluye con la presión demostrando liderazgo: ¿Frente a situaciones complejas sobresales o prefieres que otros tomen la iniciativa?


Estos comportamientos proyectarán una auténtica voz ejecutiva, otros líderes te reconocerán como tal.


Si este escenario te hace sentir insegura o incómodo tomate unos minutos para identificar de dónde viene este sentimiento, ¿por qué te daría miedo dar un paso al frente y poner los reflectores sobre tí?.


Muchas veces a pesar de que tenemos la capacidad de hacerlo, es el autosabotaje y creencias limitantes las que nos frenan con pensamientos como "ese no es mi trabajo" o "esa no es mi responsabilidad, es de la dirección". Tus creencias no son malas pues te han traído hasta este punto, pero nunca estará mal reflexionar si esas creencias hoy te están frenando o impulsando.





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